04 diciembre 2005

Comentario a la frase de Neruda

“Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos, con furia, con olvido…” (Pablo Neruda)
No es precisamente mi tendencia a pasear con calma…no, más bien he ido toda mi vida, que ya es mucha, paseando no, corriendo… galopando con histeria, con desazón, con impaciencia… Ya era hora de aprender la lección… y a fuerza de heridas, estoy comenzando a pasear con calma; soy capaz de disfrutar de una mañana apacible de final de otoño, ( todo vuelve; el otoño cada año, las fiestas de cada navidad, el sacar la ropa de temporada, la comida de cada día, las costumbres de cada persona…) de un paseo plácido con Platón por el jardín de detrás de mi casa, de hacer compra para el día comprobando los precios con ese sosiego que jamás pude tener, de pensar y pensar acerca de los proyectos a corto y largo plazo…
Pasear con los ojos puestos en los detalles de cualquier cosa… con la calma de la observación tranquila…con la serenidad de saberse parte de todo lo hermoso que veo…Porque sí…también he aprendido a sentirme parte valiosa de este mundo al que pertenezco. No creerme mejor ni peor que nadie, sino sentirme tanto como… Y si mis ojos han estado siempre dispuestos a valorar el entorno, a seleccionar, aprehender y asimilar lo positivo y valioso que hay en el mundo que he vivenciado, es natural que yo también me sienta valiosa.
Quiero pasear con ojos, seguir con la mirada los pasos de quienes admiro, la hermosura interior de los otros, la belleza de la luz, del color, del silencio, de la soledad… que aún faltándome la luz de la mirada física me quede el consuelo de mirar con los ojos del alma.
Con zapatos…creo, que si no he paseado, sí al menos he caminado… he hecho mucho camino al andar… a veces he ido a ninguna parte, casi siempre sin un objetivo definido, con la meta acaso dictada por los demás, que se permitían el derecho a dirigir mi vida (un derecho que yo di, claro, pero que ahora en la distancia, sé que fue dado, no me cabe la menor duda, como un pago o como un soborno…)
Ya no quiero caminar, deseo pasear, pasear con los cómodos zapatos del perdón, de la comprensión, del respeto…
Me gusta saber que puedo pasear con furia… y de hecho recuerdo que han sido varias veces las que me he sentido así, pero la mayoría he sentido que no podía permitirme sacar la rabia y me he reprimido. Ya va siendo hora de manifestarme como soy…
Los últimos años han sido tiempo para olvidar… pero…ojo, es todo lo que he vivido lo que debo olvidar?...Creo que no… por qué hay que olvidar…? no será mejor apartar de la memoria aquellas vivencias que han infringido heridas demasiado dolorosas, han dejado grandes cicatrices y han afectado a otras personas? No quiero yo pasear con olvido, prefiero pasear con la memoria del consuelo, del cariño, del cuidado,

2 comentarios:

Anónimo dijo...

maricarmen

Anónimo dijo...

leer tu refexión sobre la frase de Neruda me ha llegado tan profundo como el tiempo que nos conocemos, a veces cercanas físicamente y otras sin vernos durante años, pero siempre con el mismo sentimiento entre ambas. Saber que paseas y quieres seguir paseando de esa manera es algo que descansa la preocupación que uno tiene cuando piesa que alguien que ama no termina de encontrar su sitio, y a la vez compromete para imitar el ejemplo