27 diciembre 2005

¿Por qué pinto?

Entre pintores amigos solemos hacernos, en numerosas ocasiones, esta pregunta.
He reflexionado muchas veces sobre ello y he llegado a la conclusión de que en cada acto de pintar hay una motivación distinta.
Otra cuestión será determinar qué nos movió a hacerlo en esos primeros momentos, aquellos en los que hicimos del acto de pintar una satisfacción íntima...
En mi caso personal, creo que comencé a pintar buscando afectos... Sí, para que me quisieran...Aunque parezca un tanto extraño... no lo oculto... pinto para que me quieran. Se lo escuché decir así a un pintor profesor mío y en ese mismo instante descubrí la coincidencia: Siempre que en mis comienzos de garabateo con el lápiz, alguien comentaba; !Qué bonito!, se lo regalaba... Me sentía tan agradecida de que alguien valorara algo que yo hacía, que me sentía impulsada a darle las gracias de una manera generosa.
Esto se convirtió en una costumbre, porque he pintado por placer o por evasión, muchos años. Hace unos doce que me dedico a ello de una manera casi exclusiva pero mi pensamiento sigue siendo el mismo... " Pinto para pedir amor", pinto por amor en definitiva. Y, aunque, cuando vendo un cuadro, algo de mi alma se va en él, siento también satisfacción y sincero agradecimiento a quien me lo compra, pues siento que esa persona, de alguna manera, conecta con lo más íntimo de mí, de mi alma...es, en definitiva, una persona amiga.
No sé los cuadros que llevo vendidos, bastantes... regalados, muchos... En cada una de mis obras va tanto de mí, me siento tan unida a cada pedacito de ellas, que estén donde estén me siento feliz porque habrá una persona con la que sin duda me sentiré en comunión.
Haciendo un símil con los hijos, un cuadro es como ese hijo con mayoría de edad que ya hace su vida independiente porque lo ha elegido así y es feliz...!Qué más puedo pedir!
Soy feliz pintando, soy feliz mostrando mi obra, soy feliz exponiéndola a otras miradas y soy feliz sabiéndola de otro dueño.

No hay comentarios: