05 abril 2008

"Para hacer una tarta de manzana, primero hay que crear un universo"

Estas flores son la excusa para llegar a vuestra mirada, del mismo modo que la pintura lo es para abrir mi alma.
El cerezo o el almendro, el rosal o el manzano, al llegar la primavera, se visten de color como excusa para alegrarnos y saciarnos con sus exquisitos frutos.
Estas flores también han sido la excusa para jugar con diversos materiales, diferentes formas, variados colores, luces o sombras… pero, sobre todo, para adentrarme en un mundo fantástico de sentimientos.
Podéis ver sólo flores al igual que un niño sólo ve la tarta de manzana, pero del mismo modo que ésta necesitó el motivo para su elaboración y detrás de éste numerosos protagonistas que la hicieron posible, estas flores requirieron todo un universo de emociones: Cada color es fruto de un instante multiplicado por un trocito de historia personal y cargado de momentos de reflexión, dolor, alegría, deseo,ternura, esperanza…
Algunas son flores encontradas, otras recreadas, todas han sido interpretadas con los ojos de la emoción: Usé el papel, el lienzo, la madera, la seda, el cuero…: Busqué la luz, la sombra y la penumbra: Analicé el brillo y la textura: Comparé la medida, la proporción y el espacio: Intenté colocar cada pétalo, cada hoja, cada flor en el lugar adecuado a mi visión de lo bello, para que colocados del instante del tiempo pudieran servir de recreo a la vista.
Cuando pinto disfruto, cuando pinto vivo, cuando pinto me comunico, cuando pinto aprendo, cuando pinto sueño… intento comprender el mundo, recrearlo, reinventar su diversidad, celebrar su belleza y equilibrar mis emociones…
Cuanto más se acerca uno a la auténtica materia, el mundo resulta más espiritual, por eso quise aderezar estas flores con la belleza de la palabra y elegí estos poemas japoneses que la atrapan con sencillez y sobriedad expresiva.
Que las flores, y los haykus que aquí las adornan, os ayuden a disfrutar la tarta.
Julia Bejarano

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